Yo también hago lo que buenamente puedo

Bueno, bueno, bueno… hoy he estado un buen ratico husmeando en la red. ¡Im-presionante! Hay una cantidad de blogs para partirse la caja que tumba. Nunca hubiera imaginado la cantidad de gente divertida y con ganas y energía como para invertir todo ese tiempo en esta dimensión paralela… porque digo yo, que además de publicar semejante cantidad de entradas en sus blog tendrán vidas y familias de las que ocuparse y además, a juzgar por la calidad de lo leído seguro que lo hacen de forma extremadamente eficiente…

A mí no me da para tanto pero mira, aunque sea más despacito, tanta creatividad suelta me ha abierto el apetito. Después de las cosas fabulosas que he leído y visto se me ha ocurrido algo:

Resulta que hay gente ahí fuera que crea logos estupendos y etiquetas para que la gente que se identifica con ellos los pegue en su blog y se dé a conocer a sus lectores como seguidores de tal o cual filosofía… Al respecto de la maternidad también he encontrado unos cuantos, algunos de ellos con diseños muy chulos, por cierto.

De los más bonitos que he encontrado: los de Sarai Llamas. Te felicito, Sarai, en serio, tus logos son fabulosos aunque… debo decir que hay algo que me ha inquietado un poco y es que: en lugar de ensalzar lo  que de algún modo une a todas las madres, me han parecido en cierto modo excluyentes en cuestiones un tanto sensibles. Me explico:

«Soy una madre de leche» (ojo que lo soy… a veces buena, a veces mala pero de leche) me da la sensación de no contar con todas las madres ¿y si se te ha retirado la leche o no te ha llegado a subir o no basta y bastante pena tienes?

«Ponte a tu bebe» oye, ¿y si te ha salido un bebé gordote y te has quedado con la espalda hecha trizas y no puedes con él aunque quieras?

«En mi cama somos tres» ¡y hasta cuatro! pero… ¿y si, aprovechando un despiste, recolocas al peque a salvo en su cuna para poder acostarte sobre tu espalda tras una noche durmiendo de canto, a intervalos breves?

«Crianza con Apego»: este movimiento no acabo de entenderlo… ¿queréis decir que mi madre, que me dejaba a comer en el comedor y llegaba a casa a las nueve de la noche para darme un beso de buenas noches, no sentía apego por mi? bueno, ahí me duele… porque si bien es cierto que la eché un pelín de menos en mi infancia… os juro que mi madre, con todo lo que ha currado y todos los comedores escolares que habrá pagado, es lo más apegado, cercano y amoroso del mundo mundial.

Luego hay otro muy mono «Club de las Madres Felices». Este no sé quien lo ha hecho. También he estado tentada de hacerme con él porque soy madre, soy feliz y encima es de color rosa… Edito para confesar que 9 meses más tarde (no deja de ser curioso) HE PICADO. Ya soy madre feliz oficial. Lo pedí en negro por mi condición de madrastrilla, pero de momento sólo está disponible en rosa. ¡Ay! ¡Nunca digas de este agua no beberé!

¿Y entonces? Con las ganas que tenía yo de conectar con el mundo, con todas esas mamas blogueras que desbordan humor y bondad, con las ganas que tenía de ponerme un logo de esos tan chulo en mi página… ¿me voy a quedar sin él? Va a ser que sí… ¡o no! Espera… ¿y si me invento uno yo misma? uno que pueda pegarse en su blog toda madre que se precie, un logo para todas las madres que, como todas aquellas que vivieron sus maternidades sin blogs ni eslógans, también «hacen todo lo que buenamente pueden»!!

Ea, «yo también hago todo lo que buenamente puedo»
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