Willkommen! #AzdelaMAternidad

junio 24, 2014 § 9 comentarios

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La W de mi diccionario de la maternidad ha sido una de las letras más duras a cubrir… Ya me entiendes: whiskey, Wally, WC, Welleda (por las pizarras digo).

Con la W en mente y pensando en mis hijos me viene rápido a la cabeza el nombre de mi suegro: Wolfgang (que significa «el sendero de los lobos» o algo así). Chulo ¿eh? Pero claro, la J de José María ya la tenía ocupada y paso de conflictos familiares así que me decido por la siguiente W que se escurre en mi hipotálamo (si es que ese el lugar en que se le pueda escurrir a uno algo).

Mi W se la dedico al país de nos dio la bienvenida: Alemania. He vivido en otros sitios en los que todo estaba en orden, siempre y cuando el de fuera se mantuviera al margen de la sociedad. Japón es un hermoso país que recibe con grandes fiestas a los occidentales pero pensar en fundirse en su sociedad como uno más, es harina de otro costal. Ya no sólo por las dificultades que pueda entrañar manejarse con el idioma a niveles profundos, sino porque es una sociedad en la que el que viene de fuera, es siempre de fuera y si no que se lo pregunten a los que teniendo un progenitor extranjero han nacido ya allí y crecido como japoneses. Siempre se les recuerda que 100% japoneses no son.

Así que a pesar de disfrutar de mis años de juventud allí. Primeros empleos, primer apartamento mío, mío… Primeros años de vida adulta. A pesar de los colegas, los amigos, los bosques, los ríos, la comida y todo lo vivido, no creí que fuera el lugar que tenía que ver nacer a mi hija… Por eso, con ella en mis entrañas emprendí un viaje hacia un nuevo destino. Un nuevo país, diferente del mío y del que había habitado los últimos 4 años pero de algún modo más cercano a lo que yo conocía, dado que prácticamente venía de otro planeta.

Así, aterrizamos en 2004 en Alemania que nos dio la bienvenida por primera vez, cuando todavía éramos dos cabezas locas procedentes del oriente lejano y otra años después, en 2010, cuando Barcelona nos estrangulaba. Dos momentos diferentes. Dos estados confederados diferentes. Dos estilos. El mismo gran país.

Hace poco una alemana me preguntó que yo de dónde venía (Woher kommen Sie denn?)  Yo, que ya me estoy contagiando de la literalidad alemana, le respondí literal “de donde venía” osease de mi casa, es decir, de Múnic. Tampoco pareció muy sorprendida así que no fue hasta la noche que me percaté del desparpajo con el que me había hecho pasar por local, sin darme cuenta y sin el más mínimo rubor a pesar de mi acento ahpañó. Luego, ese mismo día, curiosamente, alguien me preguntó en Twitter que de dónde era yo. Yo con mi vena secretiva le contesté, toda mística, que “del lugar que me acogía” sin darle muchas vueltas. Ella insistió “déjate de chorradas y dime donde vives, leñe” o algo así ;-). Lo hice pero la duda ya estaba sembrada.

En otra ocasión, hablando catalán con mi hija, por calles alemanas una señora nos paró y le pregunto a ella toda interesada que de dónde venía ella. Mi hija cambió al alemán y le dijo que “aus Hildesheim!” (que es la ciudad donde nació y vivió hasta los dos años). Casi me parto de la risa con la cara de la señora, que estaba casi segura de haber adivinado que éramos portuguesas.

Estas anécdotas, todas ellas recientes, me dejaron reflexionando sobre «de dónde soy yo». ¿Soy del lugar que me vio nacer o puedo elegir yo de dónde soy? ¿Del lugar en el que quise vivir? ¿Del lugar en el que “tuve” que vivir porque lo elegido no funcionaba? ¿Del lugar que me acogió y me permite desarrollar mi vida con los míos? ¿Qué importará el lugar de origen cuando, como en el caso de mi hija, solo pasó sus dos primeros años? ¿Ella será de allí, de Barcelona donde vivió de los 2 a los 5 o de la ciudad donde vive ahora, escenario de su niñez y adolescencia? ¿O será del lugar que ella elija en un futuro? ¿De dónde serán mis hijos? ¿De dónde soy yo?

Nací española y catalana y ahora resulta que esa modalidad está absolutamente en crisis. Y si la cosa va a mayores ¿tendré que elegir si lo uno o lo otro? Porque puestos a elegir y, si me dejan, igual elijo ser alemana… como mis hijos.

De momento, y hasta que se me ocurra algo mejor. Soy del lugar que me acoge. Soy del lugar en que estoy. Del lugar en que parí. Ya que el lugar de mi nacimiento es, más bien, un accidente que tiene que ver con la historia de mis antecesores más que con la mía propia…

Willkomen! por si no queda claro, significa “¡bienvenido!”.

Y, ojo al dato, Bienvenida es además el nombre de mi madre, la de las elucubraciones, a quien indirectamente le dedico estas peroratas, ya que no podemos tomarnos el te en compañía y elucubrar juntas todo lo que quisiéramos.

Que yo sé que ella hace con este blog lo mismo que yo con mis grupos de Whatsapp: Leer en la sombra, que ya me vale. 🙂

§ 9 respuestas a Willkommen! #AzdelaMAternidad

  • Nuria, una vez más a tus pies! Uno es de donde está a gusto y le tratan bien y le hacen ser uno más. A un nivel más pequeño te entiendo perfectamente, porque yo nací en Granada, al poco de nacer me fui a vivir a Elche, donde estuve hasta los 18 años y desde entonces hasta ahora, he vivido en Madrid y si tuviera que elegir me quedaría aquí, porque esta gente, sus ciudades y todo me han acogido y ha hecho que sea muy feliz.
    Un besote preciosa

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    • nurananu dice:

      En definitiva, uno es de donde elige ser.
      Y puestos a elegir… no quedamos con el lugar que nos trata bien ¿no? que seremos forasteros ¡pero no tontos!
      😉
      Un beso, Noelia!

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  • remorada dice:

    uno no elige donde nace, las circunstancias (no siempre las elecciones) determinan donde vives, el de dónde eres no siempre tiene una sola respuesta, pero para eso yo siempre cito a Miquel Martí i Pol: serem allò que vulguem ser, incluso ciudadanos de lugares que no existen o lugares que si existen no hemos pisado ^^

    BTW, Willkommen ;D

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  • Pues yo te contesto con un dicho muy «tipicalespanisssss». Uno no es de donde nace, sino de donde pace.

    Me ha resultado muy curioso (hija… Siempre me haces pensar) con eso de que tu vida aquí, en España forma parte de la historia de otros, sí, tu familia, pero de otros a fin de cuentas. Tu vida, la que eliges tú, la diriges tú, la decides tú. Y en tu caso es lejos, de estas fronteras.

    En mi caso y tras once años viviendo en Cantabria, sigo siendo y me sigo sintiendo vasca. Incluso conservo la esperanza de poder volver algún día a vivir allí.

    Kises grandeisions… 😉

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    • nurananu dice:

      Vero! 🙂 después del baño de hoy ya no sé si contestarte en ahpañó o en inglés de la pradera… Hoy lo vi así pero no te fíes que igual te lo cuento mañana del revés. Es lo que tengo, que me alboroto y hablo, hablo… y luego tengo que comerme con patatas lo que dije, aunque no siempre.
      Mua!
      Voy viendo fotitos de tu chiquitín! Está hermoso! 😀

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    • Hoy está de dichos populares la cosa… Jajajajajajaja Osea, lo que viene siendo que escupes parriba y te cae en el ojoooooooo!!! 😛

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  • Oh… a mí, que si buscas mi cara en el diccionario, la encontrarás en la D de Desarraigo, este post me llena profundamente. Willcomen al AZ y mi vida, Nuria! Y por muchos años más!

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    • nurananu dice:

      ¿Tri, sabes lo que me encanta de ti? Que leas lo que leas, siempre logras sacar lo mejor de lo escrito. Te las apañas para hacer lecturas entre líneas que sorprenden al propio autor. 🙂
      Tus comentarios siempre son un grandioso plus para cualquier post. Thank you!

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