MANUALIDADES (navideñas)
noviembre 28, 2013 § 14 comentarios
Hoy he descubierto una palabra muy chula y muy adecuada para definir mi maternidad.
empastelar (De en- y pastel).
1. tr. coloq. Transigir en un negocio o zanjar un agravio sin arreglo a justicia, para salir del paso.
2. tr. Impr. Mezclar o barajar las letras de un molde de modo que no formen sentido, mezclar suertes o fundiciones distintas. U. t. c. prnl.
¿No os reconocéis en la primera acepción? Yo sí. Mucho. Aunque me avergüence admitirlo. Pero, lamentablemente, mi E fue ocupada por las variopintas elucubraciones a las que nos empuja esta etapa de nuestra vida (¿quién dijo que la mas jodida era la adolescencia mecagoen?) Así que me voy a llenar el hueco de mi letra M.
Mi M es de… ¡Manualidades!
Bueno, espero no repetir palabra. No la he visto en la lista, aunque me cuesta mucho creer que ninguna se haya sentido tentada de incluirla.
Jamás, ni cuando era niña y tenía una hora de plástica y otra de pretecnología a la semana y mi madre me hacía preparar 80 felicitaciones de Navidad, había tenido yo los dedos tan pegajosos como a día de hoy. Vivo en DIYlandia, el país del háztelo tu mismo (y como puedas). El país de la MANUALIDAD (la mayúscula no es casual). Un lugar en que las madres NO compran pasteles de cumpleaños, los hacen ellas. No compran piñatas, las contruyen ellas pedacito a pedacito. (Ah no! esa es mi amiga Imma que aquí no saben ni qué son las piñatas). No compran una cama altillo, se la hacen a base de cachos de madera. El país en que las abuelas, pala en ristre, apartan la nieve de las aceras o, abanderadas con una señal de tráfico, controlan los puntos en que los niños han de cruzar las calles en su camino a la escuela, cual semáforo viviente (y gritante si es necesario).
Osea, pa que tú me entiendas, aquí si una madre te tira un guante a los morros, no te está retando a un combate de esgrima o a una escaramuza en la puerta del cole no. Te está retando a unas magdalenas a muerte. Y donde digo «magdalenas», le puedes poner lo que quieras que te pringue las manos. Cómo no, la escuela y los padres que se implican en ella fomentan este hábito y no solo los nenes tienen que pringarse, sino que los progenitores que se presten, tengan suficiente humor o, simplemente, no sean lo suficientemente rápidos para escaquearse con un «yo-no-puedo-que-mal-me-sabe»… también tienen que pringar (en este caso: la forma no reflexiva del verbo).
«Yo es que no puedo que mal me sa…» la última sílaba no entró. No lo dije con suficiente celeridad y lo he pagado hoy con tres horas de trabajo manual. Bueno, ha sido hasta gracioso y los críos se han involucrado ¡más de lo que hubiera imaginado! El truco: Muchas gominolas de por medio y una amenaza velada. No, mentira, sin amenaza, más bien con la promesa de que acabado el trabajo podrían comerse el material que sobrara. ¡¡Y vaya si se lo han comido!! Un par de casitas se han roto misteriosamente y sus ruinas han tenido que ser retiradas. Deshacernos de semejantes escombros ha sido la tarea más fácil.
(Pausa para momento sentimentaloide: A la hora del recreo mi hija me ha llevado de la mano al patio y de su cajita ha sacado desayuno para ella y ¡para mí! Me ha hecho sentir privilegiada, compartiendo su pausa conmigo, en lugar de con sus amigas…)
¡Ea! Esta es la ciudad que el lunes nos va a tocar envolver en papel celofán y vender a diestro y siniestro en el bazar navideño de la escuela. Con la pasta que nos saquemos, tal vez podamos organizar una escapada al… ¿zoo? Mmmm… ¿A cuánto saldrá la vivienda de galleta y gominola?
Y aquí el homenaje a las labores realizadas en las mesas vecinas:
Qué… chulo ¿eh?
Ya, bueno, pues dejad que me lave las manos y proceda a preparar la comida y currar un poquito y mientrastanto podéis leer el resto de entradas:
La maternidad de la A a la Z” es un carnaval de blogs iniciado por Trimadre a los Treinta. El objetivo es crear en red, un “Diccionario de madres” con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más. Si estás interesada en participar, tienes toda la información a tu disposición aquí.
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Qué delicia!!! Me he sentido tan identificada con el empastelar….Qué risa! Y las piñatas… Yo si que le he hecho las piñatas a mi hijo. Me encanta tu manera de compartir la experiencia.
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Gracias, Sandra!! Cómo me alegro! 🙂
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Nuria, siempre me divierto leyéndote, y eso es gran mérito porque no me gusta leer! Las casitas quedaron muy bonitas y me gustan mucho todas las fotos que pusiste. Un beso!! xoxo
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😀
Me alegro mucho!! Un besote Sra. Moreno!!
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Se lo estaba diciendo esta misma mañana a una amiga que planea el primer cumple de su hija hacerlo DIY… la verdad, yo admiro a todas, pero todas las madres DIY. Soy un desastre en las manualidades!!!! Las tiendas me aman jijiji 🙂 Pero te digo que las tarjetas, papanoeles y galletitas no te han quedado nada mal. Si yo intentara hacer algo por estilo, no tendrían arreglo ni con photoshop.
Un beso.
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Jaaajajajaa… ¡Gracias! 🙂 Bueno, un pelín de edición tienen las fotitos… Nosotras sólo podemos colgarnos el mérito de las casitas de piedro-galleta. Lo demás era de otros padres. El conjunto quedó chulo.
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yo no podrían vivir ahí…..soy DESTROY IT YOURSELF, vaya, que dedos choriceros. Se me da fatal, aunque también reconozco que no me llama…..Intento enmendarme.
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Paula, no hace falta que lo intentes… Siendo una virtuosa del post hilarante se te perdona to-do!
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ojojojojo que bueno!!! pero si seguro que te lo has pasado bien!!! ves, a mi estas cosas jamás me tocarán por ser madre con horario laboral Noflexible…o sea…partido y eso…
Me gustan más vuestras casitas que lo de las mesas vecinas, eso es asi…
Besos
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Sí. Tengo que admitir que al principio me daba un poco de palo (y ¿miedo escénico?) pero una vez en harina, ha sido divertido ver como intentaban comerse las gominolas cuando (hacíamos como que) no mirábamos y la cara de victoria que ponían. 😀
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¡Ostras! nunca lo había visto así, jajaja. Yo es que siempre he sido muy de manualidades, pero disfrutando de las que hacen los demás y aprendiendo, nada de retar al personal, jeje.
Oye, tu hija… ¡¡para comérsela!! Te ha tenido que reventar la camisa de lo que has debido de engordar por el orgullo, ¿eh?
Un beso enorme 😀
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Pues sí, la verdad, intentaba hacerme la dura y que no se me notara mucho pero me ha hecho muuuucha ilusión, pa qué decir otra cosa… 🙂
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Se me ha echo la boca agua con las casitas! El resto de manualidades también son muy chulas pero donde esten los dulces que se quite lo demas jaja asi que no me extraña que los niños se volcansen con la actividad. Y tu hija que bonita! Besos
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¡Gracias, Aida! Pero te aviso que de aquí a que las vendamos el lunes y alguien intente hincarles el diente… ¡van a estar como piedras!
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