Sentir, pensar, hacer
abril 30, 2015 § 10 comentarios
Me pregunto cuál es el orden adecuado, si es que lo hay.
«Pienso» que debo hacer ESTO pero luego «siento» que me equivoco y ese sentimiento me impide pasar a la «acción».
Parece que lo lógico es tomar decisiones con cierto sentido, empleando nuestro raciocinio, en la medida de nuestras capacidades. Me empleo a fondo y mi cabeza emite un veredicto claro y consistente. O eso parece.
Mi yo racional lo aprueba. Parece lo más lógico y sensato así que ¿Por qué no?
Mi entorno lo aprueba y me jalea y yo me arremango la falda y, llevada por una melodía que solo oigo a ratos, empiezo a taconear (aunque sin mucho convencimiento).
Y entonces sucede algo que ya ha sucedido otras veces. Una vez tomada la decisión «racional», la que parece «correcta» aparece indefectiblemente el Señor Entrañas, para echarlo todo por tierra con argumentos insensatos o, directamente, sin argumento alguno.
Sin más argumento que «siento que no debo hacerlo». ¿Pero qué argumento es ese «siento que»? Háblame de cosas tangibles, háblame de hechos.
Siento que no se nos permite sentir. Y además lo siento en las dos acepciones: lo percibo y lo lamento.
Alguien me preguntó ayer «Pero ese fregao (ella no dijo fregao, dijo proyecto) en que te has metido… ¿ES TU SUEÑO realmente?»
Y yo morí de vergüenza y casi me echo a llorar al ver que no pude contestar rápidamente que sí. Porque en mi mundo de dudas una cosa sí que aprendí. Y es que lo que no es un «sí con resorte», un «sí automático», un sí antes de que el otro termine de formular a pregunta… va a ser, con mucha probabilidad, un NO.
Pero de nuevo, esto no es una ciencia exacta. Si lo fuera, desaparecerían las dudas ¿no?
La preciosa imagen que encabeza el post es una gentileza AlmaArte Photography
…
Ciencia cognitiva, Eduard Punset, Psicología: Ayuda a las personas… Interesantes escritos acerca de la toma de decisiones, que suele producirse en algún lugar entre el corazón y la mente…
[…] Le diré que escuche a su estómago. La respuesta viene del bajo vientre. Hay que escucharle porque nuestro cerebro se deja pervertir con más facilidad. Existen a mi entender muchas maneras de pensar erróneas. Pero el sentir… Ese es el que es, […]
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mis suegros se ríen, pero luego de años jugando al rol voy por la vida con dados, así ellos piensan por mí y les puedo echar la culpa xD
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(a los dados, no a mis suegros)
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Jajajajjajaa!! Gracias por la aclaración! Realmente muy pertinente!! 🙂
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Es la eterna duda de saber si estamos haciendo lo correcto o lo que nos dicta el corazón. Más de una se ha sentido identificada con esta reflexión… y lo del sí que es no… me ha pegado bastante 🙂
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Ese ha sido mi proceder aunque, quién sabe, igual he procedido siempre de forma errónea! Y mira que tampoco es que yo sea muy de dilemas… 😛
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Cositas
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jajajajaja! Lo he cambiado hoy pero no se muy bien adónde ha ido a parar!
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Ay, amiga, si no lo ves claro tú, ¿qué vamos a decirte los demás? No estamos en tu pellejo y es muy fácil aconsejar desde fuera pero si nos ponemos en tu piel nos resultará un poco más difícil.
Una compañera de la magazine dice que ella no hablar de hacer las cosas, sino que las hace. Quizá ese sea el secreto, ponerse a hacer y dejar de pensar. Yo te acompaño decidas lo que decidas.
un besote.
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Tú lo has dicho, Let!!! Así es. Supongo… Menos analizar y más hacer. 🙂
Gracias!!! Tú sabes…
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